Cuando hablamos de gestión de siniestros nos referimos a un proceso esencial que consiste en supervisar y dirigir las reclamaciones que se presentan ante las compañías de seguros cuando ocurre un evento cubierto por una póliza. Llamamos siniestro a cualquier evento o situación cubierto por la póliza de un seguro, suponiendo una pérdida monetaria para el asegurado. Estos siniestros varían por gravedad y área temática, incluyéndose de esta forma siniestros por accidentes de coche, daños en la propiedad (como incendios), aquellos referentes a la responsabilidad civil médica y no médica y otros que se pueden cubrir mediante las pólizas de seguros.

 

En concreto, cuando hablamos de siniestros de responsabilidad civil médica estamos ante situaciones en las que las autoridades o proveedores de atención médica son los causantes de daños en una persona. Es decir, hospitales, centros de salud o médicos que son considerados como responsables debido a negligencias médicas u otro tipo de daños sobre el paciente. Por otro lado, existen los siniestros de responsabilidad civil no médica que se dan en situaciones en las que otros agentes de la sociedad se les considera responsables sobre la persona afectada: empresas, individuos u organizaciones no relacionadas con la sanidad que quedan como responsables frente a daños o lesiones ocasionados a una persona. Estos tipos de daños, entre otros, pueden ser accidentes de tráfico o laborales, negligencias cometidas en la prestación de servicios o daños a la propiedad.

 

A la hora de analizar los daños y ver el tipo de responsabilidad es fundamental contar con expertos que puedan analizar con rigor técnico y médico la naturaleza de los daños y el tipo de responsabilidad implicada. Desde PROMEDE intervenimos exclusivamente en la evaluación médico-pericial del expediente. Nuestro papel se centra en ofrecer un servicio especializado en el análisis clínico del caso, aportando informes objetivos y asesoramiento técnico en los aspectos médicos del siniestro. Complementamos este trabajo con una cobertura continuada sobre los posibles desarrollos médico-periciales del expediente y con la gestión de aspectos vinculados, como la revisión de facturación médica o la colaboración en la gestión de carteras run-off, que siguen generando valor con independencia de la evolución del negocio, entre otros aspectos.